Sentido eclesial de la canonización

La canonización es la suprema confirmación, por parte de la Iglesia, de que un hijo suyo participa de la gloria del cielo y ha de ser propuesto a todos los fieles como modelo e intercesor. Mientras la beatificación permite un culto limitado, la canonización extiende y asegura para toda la Iglesia un culto público, estable y universal, que fortalece la fe del pueblo de Dios y orienta su vida hacia la santidad.​

La veneración de los santos es, como enseña la teología clásica, una confesión de fe en la obra de la gracia y en la gloria futura prometida a los que aman a Dios. Promover la canonización de Bernardo de Hoyos es, por tanto, un acto de amor a la Iglesia y una colaboración concreta en su misión de Reparar el Sagrado Corazón de Jesús.

Bernardo de Hoyos, apóstol del Sagrado Corazón de Jesús

Bernardo Francisco de Hoyos (1711‑1735), jesuita vallisoletano, es reconocido como el primer y principal apóstol del Sagrado Corazón de Jesús en España. Su breve vida sacerdotal, obtenida incluso mediante dispensa pontificia por la madurez de su vocación, estuvo enteramente volcada a la irradiación de la devoción al Corazón de Cristo, tanto en la Península como en los territorios de la Monarquía hispánica.​

En 1733, en el contexto de su intensa vida interior, recibió la llamada “Gran Promesa”, mediante la cual el Corazón de Jesús le hizo entrever un reinado de gracia y amor sobre España de modo singular.

Un carisma para nuestro tiempo

Por medio de la predicación, de la difusión de imágenes del Sagrado Corazón y de escritos de espiritualidad, Bernardo cooperó a que esta devoción se arraigara en la vida de la Iglesia y llegara hasta la Corte y los obispos. A partir de su iniciativa surgieron Congregaciones, novenas y formas de piedad que alimentaron la vida cristiana de generaciones enteras, especialmente en España y en América.​

El mensaje del Corazón de Jesús es de permanente actualidad, especialmente en nuestro contexto actual, marcado por la indiferencia religiosa y la fragmentación interior de muchas personas. Emprender la canonización de Bernardo de Hoyos permitiría presentar a los fieles un modelo de sacerdote joven, contemplativo y apostólico, capaz de unir profundidad mística y ardor evangelizador en torno al misterio central del amor de Cristo y su Sagrado y Divinísimo Corazón.

Nuestra iniciativa

EVANGELIO DIARIO se pone al servicio de la Iglesia y de la familia jesuita para que el testimonio del beato Bernardo resplandezca con todo su esplendor en la comunión de los santos. Trabajamos para Reparar el Sagrado Corazón, para dar a conocer la vida del P. Hoyos y promover su devoción, encauzar los testimonios de gracias y favorecer un clima de oración confiada que prepare el camino, si así Dios lo quiere, a su futura canonización. ​

Cada día se Repara menos en este mundo ateo y desordenado. Nuestro proyecto nace del deseo de Reparación del Sagrado Corazón y de la convicción de que la santidad no es un adorno opcional, sino la vocación común de todos los bautizados, según enseña el Concilio Vaticano II y la tradición viva de la Iglesia. Impulsar la canonización de Bernardo de Hoyos es, por ello, además de un acto de justicia, una empresa noble: busca honrar la obra de Dios en uno de sus siervos, y al mismo tiempo ofrecer a la Iglesia un intercesor y un ejemplo privilegiado para renovar, desde el Corazón de Jesús, la vida cristiana en nuestras familias, parroquias y comunidades, dando nuevo impulso espiritual a España y al mundo hispánico.